Las emociones que experimentan los niños frente a una intervención quirúrgica son el miedo y la ansiedad. En OP-kids.com lo sabemos muy bien. Los niños que son candidatos cirugía pediátrica deben adaptarse en un proceso de muchos cambios hasta su total recuperación y alta. En este circuito los niños y sus familias pasan por varios tipos de adaptaciones en un periodo de tiempo que va desde el diagnóstico hasta la intervención quirúrgica. https://op-kids.com/os-damos-la-bienvenida-al-blog-de-op-kids
Antes de la operación muchos niños deben estar ingresados en el hospital. Otros tienen estancias hospitalarias largas debidos a tratamientos. Tanto el quirófano como la estancia hospitalaria puede afectar emocionalmente a los niños. Pero ¿Qué sucede en el momento del ingreso?, ¿Cómo vive la infancia la estancia hospitalaria?, ¿Qué mecanismos mentales activa?, ¿Qué reacción conductual tiene?, ¿Qué emociones expresa? https://op-kids.com/os-damos-la-bienvenida-al-blog-de-op-kids
La ansiedad es una de las emociones más universalmente experimentada. Puede tratarse de una experiencia insoportable o de un estímulo para el desarrollo personal; puede ser adaptativa o no, beneficiosa o nociva según la magnitud y tipo de respuesta del organismo (1).
El término hospitalismo estudiado por R. Spitz en 1946, fue definido como un “conjunto de alteraciones físicas y psíquicas que aparecen como consecuencia de una prolongada hospitalización”. Fue planteado como un síndrome de consecuencias psíquicas negativas que se manifestaban sobre todo en niños pequeños (menores de 15 meses). El estudio de la estancia hospitalaria pediátrica fue descrito y clasificado tres etapas. En la primera etapa los niños se volvían llorones y exigentes aferrándose a quien se acercara. En la segunda etapa los llantos se convertían en gritos, comenzaban a perder peso y se detenía su desarrollo. En la etapa final el niño se replegaba y rechazaba todo contacto adoptando una postura típica (acostado boca abajo) (2).
Las primeras investigaciones sobre hospitalización infantil se desarrollaron sobre la carencia de cuidados maternos siendo pionero Sir James Spencer. Éste describió en 1947 lo inadecuado de muchas salas pediátricas y en 1952 Ala Moncriell se refirió a la incorporación exitosa de la presencia materna en niños menores de 5 años para la prevención de alteraciones psicológicas. Bowlby, en 1952, demostró las alteraciones psicológicas infantiles a largo plazo después de experiencias de hospitalización sin presencia permanente de los progenitores (sólo visitas). Se planteó la importancia de la vivencia de la privación materna y la ansiedad de separación. Ambos factores afectaban especialmente al apego en los niños menores durante la estancia hospitalaria, teniendo consecuencias posteriores en el desarrollo emocional (3).
La proclamación de la Carta Europea de los Derechos del Niño Hospitalizado en 1986 (4) contribuyó a tomar conciencia del impacto de la hospitalización infantil dándole un carácter legal y obligatorio para cubrir de forma adecuada las necesidades del niño hospitalizado y su familia (3). Se estima que alrededor de un 25% de los menores de 18 años en España se ha hospitalizado al menos una vez y entre un 10% y un 37 % de estos presentaría trastornos psicológicos significativos secundarios a este evento. La hospitalización es altamente estresante para el niño y su familia (5).
La hospitalización, según Erickson (6), representa un evento que causa ansiedad (7) (8) debido a que excede las capacidades de resolución y afrontamiento pediátrico (9) (10). Aisenberg afirma que los efectos de la ansiedad infantil durante y después de la estancia hospitalaria pueden persistir por semanas o meses después del ingreso (11) y en algunos casos hasta la edad adulta (12). Las reacciones en las que el niño experimenta ansiedad son diversas e incluyen conductas de agresión física y verbal (13) (14) así como cambios afectivos y de actitud (11). Douglas plantea que se han identificado respuestas emocionales negativas en el periodo posthospitalario (15).
Los estudios centrados en los cambios de conducta infantil después de la estancia hospitalaria, realizados por Bassoon y Guinn en 1945 y Wolf en 1978, concluyeron que tras la experiencia en la institución sanitaria los niños mostraban trastornos psicológicos generales (16) .
La relación positiva entre el nivel de ansiedad (17) y la duración de la hospitalización es evidenciada por diferentes investigadores (18) (19). Farquhar (7) y Barton (20) afirmaron que los niños hospitalizados presentan mayor nivel de ansiedad que los niños que no lo han sido. Wolfer plantea que las estancias hospitalarias previas muestran se relacionan de forma directa con un mayor nivel de ansiedad en el niño (21) (22).La edad en relación con el nivel de ansiedad muestra que el mayor nivel de ansiedad se presentó en niños más pequeños (23) (24).
A partir de las investigaciones publicadas, las instituciones hospitalarias han implementado actividades pediátricas, mediante organizaciones de apoyo, que ayudan al desarrollo del niño o del adolescente mientras se encuentra hospitalizado (25) extendiéndose a la familia y al equipo de salud.
La hospitalización puede afectar el bienestar subjetivo, las relaciones interpersonales y el desarrollo infantil; pero también puede ser una oportunidad para enriquecer su experiencia y desarrollar resiliencia. Desde esta perspectiva, la participación de la infancia, el equipo de salud, la familia, las organizaciones de apoyo y las instituciones son importantes en la generación de un sistema de salud adecuado y funcional .
Bibliografía
Doctorada en Enfermería. Experta en Enfermería Quirúrgica. Cuidado y Acompañamiento Quirúrgico Integral. Fisioterapeuta y Docente. Fundadora de OP-kids.com
Molt pràctic i útil per a molts nens i nenes que han de passar per l’hospital, sempre hi ha una ocasió.
Una gran guia per els pares.
Moltes gràcies, muchas gracias, Thank you, Vielen Dank